Llegó el año 1900 y las comerciantes que habían logrado comprar locales se llamaban buhoneras, en tanto que las que seguían vendiendo en las aceras se llamaban cholas regatonas.
Como la codicia es mucha, y los humanos siempre nos ingeniamos la manera de sacar provecho de los demás, en estas aduanas aparecieron los villanos de la historia: los regatones.