Y es que desde la gradería del frente, donde estaban amontonados todos los aficionados a ritmo de algazara y alaridos, desde el frenesí, el santiaguero se veía difuso, impreciso.
Había bullicio y animación y suciedad y algazara, tales como se encuentran atrás de todos los ejércitos en los puntos donde sus grandes depósitos están establecidos.