Los primeros, por ejemplo, pueden ir bien con un escalope dulce y elástico; los segundos, con algo más complejo como una morcilla escocesa o un pedazo de carne.
Cuando el aceite esté caliente, freír los escalopes hasta que alcancen un color dorado oscuro, estén crocantes y se hayan encogido un poco (4 - - 5 minutos).