Sabían modular su canto y, efectivamente, dotarlo de colorido, matizarlo por vía de la regulación de intensidades y, ocasionalmente, de toques de gola.
Debemos distinguir, por tanto, el empleo de la gola a efectos expresivos, inteligentemente aplicados, de su utilización como mecanismo espurio de reforzamiento permanente del sonido.
La indumentaria del varón consta de camisa blanca de tela fina, gola corta, mangas largas ligeramente amplias, pero con los puños apretados y pantalón largo, blanco con ruedo campana.