Pero ojo... tambien pasa que las chicas, esas que se horrorizan de llevar el jebe en el bolso, tambien piensan mal de un pata si lo lleva en la billetera.
Ahora escucho que nos regalaron el empate y la verdad hay que tener cara de jebe para salir a decir eso cuando nosotros fuimos los perjudicados en todo, agregó.
Nada me estaba vedado: podía construir y destruir y con la misma libertad con que insuflaba vida a las pelotas de jebe reventadas, presidía la ejecución capital de los maniquíes.