El 90 % o más de los lumbagos pueden ser tratados conservadoramente, con reposo, medicamentos antiinflamatorios, relajantes musculares y rehabilitación con fisioterapia y kinesiterapia.
El drenaje de las secreciones puede facilitarse con kinesiterapia y adoptando posiciones que favorezcan el vaciamiento de las bronquiectasias (drenaje postural).
Sabemos que si vamos al médico nos recetará antiinflamatorios y el consabido tratamiento de kinesiterapia, pero la afección es rebelde, y si hay más estrés, aumenta.
Incluye antibióticos seleccionados de acuerdo a los gérmenes identificados, hidratación, aerosoles broncodilatadores y de enzimos mucolíticos, kinesiterapia e incluso trasplante pulmonar.