Este sistema sensorial, que se encuentra en el morro, reside en unos pequeños poros que son capaces de detectar corrientes eléctricas de hasta cinco milésimas de microvoltio.
El morro y los ollares se tornan resecos, agrietados o irritados, progresan hasta la necrosis con desprendimientos de las capas cutáneas superficiales.
Dependiendo de la forma, tamaño o especie del morro, del que se conocen aproximadamente 15, puede obtenerse: guacales, cucharas, cucharones, tecomates, sacabuches y maracas.
Es tradición que el ancestral guacal de morro se utilice para tomar agua, chilate, atoles y otras bebidas, pero es indispensable que el atol shuco sea servido en ellos.