La cola del peinador borraba memorias sucias y yo volvía a cruzar espacios de un aire tan delicado como el que hubieran podido mover las sábanas de la infancia.
Cuando se decidió todo esto, fueron apareciendo las personas indicadas que ofrecían trabajar ad honorem para hacerlo posible, los fotógrafos, los responsables de hacer el zorrito, peinadores y maquilladores.
Cantan los carpinteros, péinan la los peinadores, tejedores, labradores en las huertas, en las aradas, en las viñas, en las segadas con ella pasan el afán cotidiano.