Sin embargo esta conceptualización no sirve para explicar las rupturas de relaciones intensas y provechosas y tampoco explica el pugilato eterno entre personas emparentadas entre sí.
Mal pudieran los representantes de esas organizaciones, debido al pugilato desenfrenado de sus autoridades, colocarse de espaldas a sus responsabilidades políticas frente a la sociedad.
El lado bueno de las cosas es una tragicomedia de cadencia irresistible, gags eficaces y fulgurantes pugilatos verbales, bajo su gesto benigno e integrador.