Es importante para mí que tú sepas que no soy una de esas sabandijas tú-puedes-si-crees-que-puedes motivacionales que les venden frijoles a niños incautos.
De esa guisa, devaluado, desprestigiado, denostado y, en fin, rechazado el oficio de político, cada vez estará más habitado por sabandijas carentes de ética.