Me he quedado de piedra pómez al sentir la coincidencia, ligero como los vilanos y encantado como las cobras, atravesado por neutrinos llenos de cordialidad.
De aquellos claustros lejanos recuerdo que lo peor era la voluntad de algunos en convertir los en miniparlamentos, por lo que las propuestas irracionales volaban como vilanos en primavera...