De un enigma que es siempre, un más, un excedente de significado, un lujo: en las entrañas tendríal monstruo cuando menos, linones y parcales (53, las negritas son mías).
Ella, con la cabeza ligeramente echada hacía atrás, parecía estar viendo al niño: habiendo se le caído de las manos el linón que cosía, descansaba sobre la alfombra.