De las dos células, una se erige en la determinante del desarrollo de las estructuras embrionarias (embrioblasto) y la otra da lugar a estructuras para su protección (trofoblasto).
En efecto, tanto el trofoblasto como el embrioblasto, derivados ambos del cigoto, componen simultánea y globalmente el propio camino como un todo según un programa finamente orquestado.