Usar ropa de algodón, holgada, sin etiquetas ni adornos que puedan irritar o lacerar la piel; no ajustadas, evitando así la aparición de miliaria o sudamina.
Para evitar la excesiva sudoración que favorece la aparición de la sudamina, conviene no abrigar demasiado al niño, no utilizar ropa muy ajustada y mantener una adecuada higiene.