Isolina empezó como debía: chamboneando con los vestidos que le hacía a sus cuatro hermanas y pegándoles las cremalleras a los pantalones de sus cinco hermanos.
No hablamos de oportunidades económicas pérdidas, hablamos de vidas pérdidas, familias destruidas y democracias consolidadas atacadas por las chamboneadas de ellos, jóvenes que se creían quijotes.