El pasaje se había renovado varias veces; la dueña del canasto, negruzca, sebosa e inmóvil continuaba sin embargo su trayecto, y el canasto seguía en su lugar.
Pero cuando el hilo de la crisis se reveló cada jalón exhibía más de una madeja sebosa de despilfarros, deudas y déficits de gobiernos, familias y empresas.