La ocasión de una muerte, la de la madre-tronco de la familia, obliga al encuentro de cuarto hermanas distintas, chocantes y que se aman a su singular modo.
Debe respetarse la rectitud del eje cabeza-cuello-tronco; se inmovilizará al herido con mantas enrolladas en ambos lados del tronco, la pelvis o el cuello.