El cálamo se fabricaba endureciendo la pluma mediante calor o disecándo la, luego se cortaba la punta, biselándo la con un cortante especial (la cortaplumas).
En cualquier caso, es preceptivo cortar las en ángulo recto sin biselar los bordes, lo que facilitará su colocación en la prensa litográfica, y pulimentar las antes de ser usadas.