Cada músculo posee tres propiedades esenciales: contractibilidad (capacidad de contraerse), extensibilidad (capacidad de elongarse), elasticidad (capacidad de retomar su longitud inicial después de un elongamiento).
Separando las responsabilidades, se disminuye la complejidad a la hora de tratar las y se puede cumplir con requerimientos relacionados con la calidad como adaptabilidad, mantenibilidad, extensibilidad y reusabilidad.