Esta actividad mitótica está en equilibrio con los procesos de apoptosis de células del mesénquima, que da lugar a los espacios interdigitales e interóseos.
Los precursores de los osteoclastos son de estirpe hematopoyética, mientras que los de los osteoblastos pertenecen al mesénquima (estroma) de la médula.
En la osificación intramembranosa, los huesos se forman cuando las células fetales precursoras de los tejidos conectivos (mesénquima) se transforman en tejido óseo.