En ese sentido, debía impedir diligentemente que se barajustaran (espantaran), por cuanto, de ocurrir así, se mamaban las vacas y el pobre muchacho se metía en un soberano lío.
Cómo vamos a pretender luchar contra el imperialismo si los combatientes que tenemos preparando las trincheras de las ideas están diligentemente excavando nuestra propia tumba?